El 1° de julio el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rindió su sexto informe con motivo del segundo aniversario de su triunfo electoral como presidente de la República, en el que pronunció un discurso de 45 minutos aproximadamente en el cual repitió lo mismo que ha venido diciendo en las mañaneras, con el agregado de que ahora se tiró al piso haciéndose la víctima diciendo que ha sido el presidente más insultado en los últimos 100 años, afirmación que no demostró. Habló de muchos temas, pero quiero destacar una de las frases con las que intenta sintetizar los resultados de su gobierno: “México es, pues, un país de oportunidades, en que sus habitantes de todas las clases sociales gozan de bienestar, paz y felicidad”.
Por donde se le busque es difícil encontrar ese México de oportunidades, de bienestar, de paz y de felicidad de que habla López Obrador, más bien los mexicanos de a pie lo que vemos es un país sumido en la peor crisis económica y sanitaria que hayamos vivido: miles de personas enfermas por el covid-19 que están muriendo en los hospitales y muchos en sus casas porque no confían en el sistema de salud pública, pues creen que ahí morirán más rápido, lejos de su familia y que tendrán muchas dificultades para recuperar los cuerpos y en Veracruz muchos contagios y decesos por dengue; millones de personas sin empleo y, por tanto, sin ingresos para comprar alimentos y pagar los servicios elementales y cientos de miles de pequeños y medianos negocios están quebrando como consecuencia de la falta de apoyo del gobierno federal para sostenerlas funcionando, tal como lo han hecho otros países y lo han recomendado organismos internacionales. ¿Qué otra cosa vemos los mexicanos?, un incremento de la violencia y de la delincuencia inaudito, por ningún lado encontramos la paz de la que habla el presidente. Sostuvo que se acabaron las masacres, pero día con día, vemos en los noticieros que hay matanzas espantosas en varios estados de la República, basta señalar lo que pasó el día de ayer en Irapuato, Guanajuato donde fueron masacrados 24 seres humanos o la matanza en el bar “Caballo Blanco” en Coatzacoalcos, Veracruz, por señalar sólo dos ejemplos. Vemos corrupción en los gobiernos estatales y en el mismo gobierno federal, a 5 funcionarios del gabinete presidencial se les acusó de tener ingresos fenomenales en el 2019, que son imposibles de obtener con un salario austero.
El presidente le está mintiendo a los mexicanos de cómo está la situación en el país, explotando las emociones básicas de la gente, de rencor, enojo, temores y tristeza que le trae recordar el pasado, producto del sistema neoliberal y de las malas administraciones anteriores. Pero Andrés Manuel López Obrador se comprometió a corregir todos estos males y no lo está haciendo, por el contrario, la situación de México se está agravando, es su responsabilidad total mejorar las condiciones de los mexicanos porque esa fue su promesa de campaña, por lo cual es totalmente injustificado siga echando la culpa al pasado de los problemas de pobreza y de inseguridad que prevalecen en la sociedad mexicana. Está utilizando la mentira, aprovechando la capacidad de penetración de los medios de comunicación para manipular a la gente y mantenerla con la esperanza de que las cosas van a mejorar. Está abusando de su capacidad de aparecer en los medios de comunicación todos los días y a todas horas. Sin embargo, las encuestas señalan que su credibilidad va a la baja, que cada día son más los mexicanos que se desengañan de sus mentiras. Pues prometió y sigue prometiendo pero no va a cumplirle al pueblo.
Todo esto lo digo a sentimiento porque lo veo y porque muchos compañeros de las colonias y las comunidades me lo informan, pero hay datos duros de organismos serios y del propio gobierno que lo confirman. El INEGI, informó que la población ocupada disminuyó en más de 10 millones de personas, se han perdido 1 millón 500 mil empleos formales; en materia de seguridad, el Secretariado Ejecutivo de la Secretaría de la Seguridad Pública reveló que se han acumulado más de 41 mil homicidios dolosos y más de 6 mil robos a negocios, siendo los delitos más graves del gobierno de AMLO; según la OMS, México ocupa el segundo lugar de muertos por covid-19 en América Latina; el INEGI también señala que en abril de 2020 el Indicador Global de la Actividad Económica disminuyó en -19.85% y la Secretaría de Hacienda informó que en el mes de mayo la recaudación de impuestos cayó en -14.6%.
Pero, ¿por qué no mejoran las condiciones de vida de los mexicanos?, ¿hay esperanzas reales de que se remedien? La respuesta del Movimiento Antorchista es que no. Y la explicación es la siguiente: que el programa de López Obrador y de la 4T no es de izquierda, ni pretende ser ninguna revolución popular. Que su verdadero propósito, es, como dicen sus hechos, renovar la cúpula financiera e industrial del país, adelgazar el Estado mexicano y debilitarlo frente a los poderosos intereses geopolíticos del Imperio y reforzar, ahora con el apoyo de un pueblo engañado, las cadenas que atan a México al carro del imperialismo norteamericano a través del T-MEC. En ninguna parte del mundo se ha visto una revolución verdaderamente popular llevada a cabo desde el poder y por un solo individuo. No hay verdadera transformación sin el pueblo, y menos a espaldas del pueblo; negándole sus derechos básicos para su participación política, como los de reunión, organización, petición y protesta pública, que es justamente lo que está haciendo López Obrador y seguidores.
Como consecuencia de la visita de López Obrador a Donald Trump en Washington se ha especulado sobre el programa económico de la 4T, incluso algunos lo han calificado hasta de socialista, tipo Venezuela, el mismo presidente dice ser representante del pueblo, un gobierno post neoliberal y otros han calificado la actitud de AMLO de servil, pero en los hechos lo que se pone de manifiesto, es que el actual modelo económico de la 4T es un nuevo neoliberalismo maquillado de gobierno al servicio de los pobres. Es decir, lo mismo que existía antes de que López Obrador llegara al poder, pero oculto en una verborrea izquierdisante, un modelo económico que concentra la riqueza en unas cuantas manos y cada día crece el número de pobres y la pobreza se hace más aguda.
A eso se debe la prisa y la obsecuencia de López Obrador en visitar a Donald Trump en este momento inoportuno, en el que el candidato republicano se encuentra 20 puntos por debajo del candidato demócrata Joe Biden, el presidente de México tiene que pagar la deuda que tiene con la cabeza del imperio norteamericano, pues al parecer fue uno de los compromisos que se estableció de la acción concertada y expresamente pactada entre Morena, el gobierno saliente de Peña Nieto y el jefe de la Casa Blanca para que AMLO fuera presidente. Y lo que a todos los mexicanos progresistas nos debe preocupar es qué debemos hacer, cómo y con quién para quitarnos la soga de la 4T que nos está asfixiando.