¿QUÉ PASÓ CON EL PROSPERA?

Samuel Aguirre Ochoa.

El PROSPERA fue el programa social emblemático, dirigido al combate a la pobreza, de las administraciones federales anteriores durante más de 20 años, por el número de beneficiarios alcanzados, de casi 30 millones de personas, por tener el mayor monto de recursos asignados y por los beneficios que trajo a millones de familias humildes en los ámbitos educativo, alimenticio y de salud. Ahora con el gobierno de la 4T, el PROSPERA se transformó en el Programa de Becas para el Bienestar “Benito Juárez”.

Lo primero que hay que decir, es que dicho programa desapareció con el argumento de que había corrupción e intermediarismo y que había que terminar con ambos problemas. Sin embargo, no existía tal intermediarismo, ya que los apoyos eran entregados directamente por funcionarios de la SEDESOL a las familias beneficiarias, ahora sí hay un intermediario, el Banco Azteca propiedad de Ricardo Salinas Pliego, uno de los millonetas de México, que forma parte del Consejo Asesor Empresarial del presidente Andrés Manuel López Obrador, éste poderoso intermediario obtendrá jugosas ganancias a través de las comisiones que cobrará por la operación del programa.

Con la transformación en un programa de becas desaparecen los componentes de salud y alimento, es decir, se quitó el subsidio que se le otorgaba a las familias para adquirir alimentos y recibir atención médica (en 2017 se distribuyeron 279 millones de dosis de suplementos alimenticios y se ofrecieron 3.2 millones de consultas médicas mensuales).

El único que se mantiene es el de las becas, con lo cual el 15% de los hogares beneficiados quedará automáticamente fuera del programa, ya que no cuentan con ningún integrante que sea estudiante. Al otorgarse el dinero directamente a los jóvenes se va a generar conflicto entre éste y la jefa del hogar.

Continúa la focalización, pero menos transparente, en las reglas de operación se señala que el programa está dirigido a los hogares que se encuentran por debajo de la “línea de pobreza extrema por ingresos”, más no se detalla el procedimiento para calcular su monto.

Disminuye el monto de transferencia promedio. Conforme a las reglas de operación, la transferencia será de 800 pesos mensuales por estudiante, solo durante 10 meses, ya que sorprendentemente se deja fuera al periodo vacacional. Es decir, 8 mil pesos al año sin tomar en consideración el número de estudiantes en cada familia. Hasta 2017, la transferencia promedio por hogar beneficiario de PROSPERA rondaba los 11, 600 pesos. Este cambio traerá como consecuencia una disminución de un poco más de 32% del monto que recibía cada familia.

Antes se le daba a la gente 7.8 pesos diarios por persona, más el apoyo de los componentes nutricionales y de salud; ahora será de 6 pesos diarios, sin dichos componentes. Hay una disminución drástica. Si antes con un monto mayor no se logró sacar de la pobreza a un número significativo de hogares, es claro que será perjudicial para los más pobres el proceso de pasar de PROSPERA al nuevo Programa de Becas “Benito Juárez”.

Esto sin hablar de que cuando existía el PROSPERA, a los estudiantes que continuaban sus estudios universitarios se les daba un apoyo, dependiendo de la cantidad de puntos acumulados, que les permitía encaminarse el primer año de su carrera, cosa que no sucederá ahora. Se ha hablado mucho de las becas para los estudiantes de nivel básico y medio superior, pero no se ha dicho prácticamente nada, de las becas para los estudiantes de licenciatura, siendo que muchos de ellos, tiene que abandonar sus estudios por la falta de recursos. Sin embargo, se sabe que los anteriores programas de becas que existían para este nivel, se han visto disminuidos, la de Manutención, dejando a muchos jóvenes en la indefensión económica.

Los medios de comunicación, entregados al gobierno, juegan un papel dañino, pues le hacen creer a la gente cosas que parecen buenas pero que en realidad son malas, pues se habla tanto de programas sociales, de entrega de dinero, etc., pero cuando se analizan en concreto, resulta que la gente sale perdiendo, como en este caso. Ya iremos analizando los otros anuncios espectaculares del presidente para dimensionar sus verdaderos alcances, para que la ciudadanía los valore en sus justas dimensiones y no se vaya con los cantos de sirena.

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