Ha llegado a tal punto la desesperación y la falta de rumbo de la oposición veracruzana que en un nuevo capítulo en contra del gran avance de la Cuarta Transformación y los éxitos contundentes del gobierno de Cuitláhuac García, se echan a lomo una labor a todas luces paradójica, insubstancial y sin mucho futuro en la escena veracruzana, cada vez más agreste para el funcionamiento sistémico de la oposición.
El llamado lanzado el sábado pasado en un evento muy corto en asistencia y alcance programático, para iniciar un Movimiento por la Justicia, con reclamos para que “regrese” la tranquilidad a los hogares veracruzanos, exhibe una paradoja risible e insultante al mismo tiempo.
De acuerdo al diccionario de la RAE, lo paradójico consiste en emplear expresiones o frases que encierran una aparente contradicción entre sí. En el caso que nos ocupa no solo es gramatical lo paradójico, sino también político. ¿Acaso creerán que hay algún veracruzano medianamente informado que no recuerde la altísima responsabilidad que tuvieron los personeros de la oposición reunidos el sábado pasado en la fragua de inseguridad, delincuencia e impunidad que se cocinó por décadas en nuestra entidad y que apenas hoy en día se está combatiendo realmente con toda la fuerza del Estado?
Dirán algunos que la oposición panista sólo estuvo 2 años al frente del gobierno. Pero a ello habrá que responder que durante años avalaron políticas públicas y puestos de gobierno, aprobaron cuentas públicas e hicieron el juego al sistema político priísta, a fin de que el pueblo siguiera con los ojos cerrados ante la rapiña que se vivía y la impunidad que se ejercía. El prianato no es una invención retórica para la polémica, hay pruebas contundentes de su existencia práctica a nivel nacional y en los escenarios estatales, de los que no se excluye la escena veracruzana.
Pero además habrá que añadir que el panismo enseñó claramente el cobre en el bienio yunista. La muestra más clara de ello fue la actuación y omisión del Fiscal Winckler, hoy prófugo de la justicia, que ahondó el clima de intranquilidad, injusticia y desesperación que se vivió en Veracruz.
Si los congregados del sábado fueran congruentes con su pregón justiciero, lo primero que deberían demandar es la presencia de Winckler ante la justicia y deberían contribuir con pruebas, que deben tener muchas, sobre la perversa y engañosa actuación del Fiscal que ¡ellos eligieron!
El llamado de los conjurados del pasado… sábado, presentaron una plataforma programática insubstancial en la actual hora de Veracruz.
Ya no se viven los extremos generalizados de actuación de una delincuencia con patente de corso para delinquir, cobrar piso, secuestrar y asesinar como se vivió en los últimos años, antes de aparecer en escena la Cuarta Transformación. Hace dos años este llamado hubiera tenido mucha substancia y hubiera congregado a decenas de miles de personas y cientos de organizaciones civiles. El sábado pasado sólo vimos a un grupo de militantes y personeros políticos, estos sí intranquilos por el clima de inseguridad que se vive…en su entorno, no vaya a ser que ellos también tengan que enfrentar la “injusticia” del régimen de la 4T.
Lo que medianamente lograron fue llamar la atención de una mezcla a modo del agua y el aceite que se comercia en territorio panista. Juntos, los Rementería y los Yunes, parecería que ha llegado la hora para ellos de enfrentar en contubernio inestable un futuro incierto para las huestes panistas.
Tiempo al tiempo, dirán los clásicos. El futuro que se acerca no es promisorio para ellos. Ni la alianza con el antiguo adversario Dante Delgado podrá aclarar el futuro de los conjurados del pasado… sábado.
marco.a.medinaperez@gmail.com