Por: Marco Medina
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha hecho una intromisión indebida en la vida interna de MORENA, partido político nacional, al pretender imponerle tiempos para la elección de sus dirigentes, contraviniendo la emergencia sanitaria, y una encuesta a su modo, aun a costa de violentar las normas internas establecidas en el Estatuto de ese partido.
Ante la actual situación de crisis sanitaria por el COVID-19, MORENA ha tenido que posponer su proceso de elección interna en dos ocasiones. Primero, la actual dirigencia interina emitió una convocatoria el 29 de marzo de este año en la que prevé las distintas etapas que establece la norma interna para este tipo de casos: elección de 10 delegados por distrito electoral federal, éstos se constituyen en congresos estatales para elegir dirigentes en ese nivel y finalmente, son convocados para conformar el Congreso Nacional, en donde se elige a la dirigencia nacional de MORENA.
Por la situación de pandemia que se vive, las fechas para la realización de las 300 asambleas distritales y los congresos estatales, estuvieron supeditadas a la posibilidad de llevarlas a cabo de conformidad con lo que estableciera la Secretaría de Salud.
Ante la inconformidad de algunos, el Tribunal Electoral “ordenó” a MORENA la nueva emisión de la convocatoria para establecer esas fechas, aún sabiendo que estamos en una situación de emergencia sanitaria y que cualquier fecha cercana es difícil de cumplir.
No obstante, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) interino hizo el 29 de junio una actualización de esa convocatoria para acatar el resolutivo del Tribunal, y estableció fechas sucesivas que se cumplirían siempre y cuando la Secretaría de Salud lo permitiera, lo que no ha sucedido por obvias razones.
Junto a estas decisiones, el Tribunal ha exigido al CEN interino que organice una encuesta abierta, que fue rechazada por el Congreso Nacional Extraordinario de enero de este año. A pesar de ese rechazo, y en acatamiento al Tribunal, la convocatoria sí considera la realización de dicha encuesta pero con dos condiciones: i) será abierta, sí, pero a la militancia de MORENA, dado que la elección de dirigentes internos sólo corresponde a sus afiliados, de acuerdo a su Estatuto; y, ii) tendrá que llevarse a cabo como culminación de todo el procedimiento que marca la norma del partido, en el marco de la realización del Congreso Nacional previsto y una vez celebradas las asambleas distritales y estatales.
Pretender, como lo pide el Tribunal, que se separe la elección de dirigentes nacionales del proceso establecido en el Estatuto es vulnerar la norma interna y la autonomía de MORENA. Por otra parte, obligar a este partido a llevar a cabo sus congresos distritales y estatales, es tratar de ponerlo contra las cuerdas, entre una resolución del
Tribunal y las determinaciones del sector salud que nos obligan a todos, incluyendo al propio tribunal, a no celebrar reuniones con más de 50 personas.
Todas estas decisiones pintan a un tribunal que se está haciendo eco de las inconformidades de algunos contra las determinaciones de la mayoría de MORENA, representado por su Consejo y su Congreso nacionales.
Por ello el Consejo Nacional de MORENA, en su más reciente sesión, decidió oponerse al autoritarismo del Tribunal y acudir incluso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en defensa de su autonomía, que está respaldada por el artículo 41 de la Constitución.
Compartimos con los lectores de esta columna esta información dado que MORENA constituye la principal fuerza política en este país, el que se verá afectado en un sentido o en otro por el rumbo que tomen estos acontecimientos.
La intromisión indebida, grotesca, del Tribunal Electoral en la vida interna de un partido como MORENA pretende debilitar la presencia de MORENA en las próximas elecciones federales y afecta, quiérase que no, la democracia y la estabilidad política del país.