Por: Samuel Aguirre Ochoa
Existe un abismo entre la opinión que puso de manifiesto el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el pasado 22 de abril en una rueda de prensa en el Puerto de Veracruz en torno a la imagen del gobernador Cuitláhuac García Jiménez y los resultados que arrojó la encuesta realizada por la empresa Arias Consultores entre los días 27 y 29 de abril del presente año y que fue publicada hace apenas unos días. El presidente aseveró “le tenemos toda la confianza al gobernador de Veracruz, a este señor. Miren (mientras le levantaba la mano), para que no le quede duda a nadie, tiene todo el apoyo, todo el respaldo del gobierno federal y le tenemos confianza porque es una gente honesta”. Mientras que la encuesta arrojó resultados diametralmente opuestos, ubicando a Cuitláhuac García como el trasantepenúltimo gobernador peor calificado a nivel nacional, en el lugar número 29 de los 32 estados que conforman el país, con solo el 11.7% de aprobación por parte de sus gobernados.
Los aspectos calificados fueron los siguientes: ¿Qué tanta confianza le inspira el gobernador de su estado?, ¿Considera usted que ha mejorado la confianza de los empresarios para invertir?, ¿Ha mejorado la entrega de apoyos a personas de escasos recursos?, ¿Ha mejorado la obra pública estatal?, ¿Han mejorado los servicios de salud?, ¿Ha mejorado el turismo en el estado?, ¿Ha disminuido la corrupción?, ¿Ha mejorado la seguridad en el estado?, ¿Ha mejorado la economía y el empleo?, ¿Cómo te sientes viviendo en tu estado? y ¿Cómo consideras que es la relación entre el presidente de México y el gobernador de tu estado? Con excepción de este último cuestionamiento, en el que el gobernador salió bien, en todos los demás resultó reprobado. Los porcentajes obtenidos fueron los siguientes: confianza que inspira el gobernador 15.9%, confianza que da a inversionistas 15.1%, mejora en distribución de apoyos 33.9%, en obra pública 19.7%, en servicios de salud 11.7%, en confianza de turistas 13.7%, en combate a corrupción 12.5%, en seguridad 6.4%, en economía y empleo 7.9%, en percepción de seguridad 5.3% y en la relación presidente-gobernador 61%.
Ya se ha dicho mucho del actuar del gobernador. Comentaristas, analistas y politólogos se han expresado al respecto en diversos medios de comunicación. Se ha dicho que el presidente López Obrador ha venido ya en varias ocasiones a Veracruz para apuntalar la débil gubernatura de Cuitláhuac, para tratar de avenir a las distintas corrientes del morenismo veracruzano y de esa forma tratar de frenar la debacle política de ese partido y ganar la mayoría de las diputaciones que estarán en juego en el 2021. No es una novedad este tema, sin embargo, es importante comentarlo con el propósito de sentar una posición al respecto, pues estamos hablando del destino próximo de Veracruz. Un estado con una población de más de 8 millones de habitantes, que ha jugado un papel relevante en la historia de nuestro país, que además cuenta con inmensas riquezas naturales, a pesar de lo cual es el cuarto estado más pobre de México.
Gobernar Veracruz implica no sólo una gran responsabilidad, sino también poseer conocimiento del estado, de su geografía, de su historia, de su potencial económico y de sus graves problemas (es un estado de grandes contrastes, pues la riqueza coexiste con la pobreza más lacerante); de las diferencias regionales, sociales y culturales, etc. Se requiere de una o de varias mentes integradoras, capaces de comprender el todo y sus partes; que conozca y respete las distintas corrientes políticas en el estado y que sea capaz de integrarlas a todas en el impulso de su desarrollo. Veracruz no puede ser dirigido por un gobierno sectario y dogmático, por su alto grado de complejidad.
Ahora bien, se han oído voces planteando que el Ingeniero Cuitláhuac García no estaba preparado para ser gobernador, es más, se ha dicho que ganó las elecciones impulsado por el efecto López Obrador no por su propio prestigio; su secretario de gobierno no ha vivido en Veracruz la mayor parte de su vida y tampoco tiene experiencia en la administración pública y muchos de los funcionarios del gabinete son ex priistas. En los pasillos de las oficinas se habla de nepotismo y de corrupción en las dependencias (diezmo), de que las licitaciones no son transparentes y lo más preocupante, es que en el plan veracruzano de desarrollo no queda claro el rumbo que tomará Veracruz.
Todo parece indicar que la realidad concuerda con la encuesta realizada por la empresa Arias Consultores y que contradice lo expuesto por el presidente López Obrador, sin embargo, habrá que esperar un poco más para ver los resultados concretos. Por lo pronto, la gente ya está harta de escuchar a los funcionarios y al propio gobernador, culpando de los problemas que hay en el estado a las anteriores administraciones, la gente exige que ya es tiempo de que asuman su propia responsabilidad y resuelvan los graves problemas de Veracruz ya. Para que una cosa sea cierta no basta con que lo diga una persona, aunque este sea el presidente de la República; la verdad se prueba con hechos y con resultados, lo que los veracruzanos están esperando.
El pasado 21 de febrero el Comité Estatal del Movimiento Antorchista en Veracruz entregó al gobernador el pliego petitorio de los asuntos más importantes de los pueblos y colonias en los que hace trabajo; sostuvieron una entrevista con él y acordaron hacer una reunión mensual para ir revisando los avances de los asuntos planteados, pero hasta el momento dichas reuniones no se han llevado a cabo debido a que las mismas no se han agendado, ni tampoco hay avances sustanciales en las distintas secretarías de su gobierno. Si el gobernador realmente quiere evitar la debacle de su administración, debe resolver los problemas de la gente pobre de Veracruz, como los planteados por organizaciones serias y de trabajo como Antorcha Revolucionaria. Debe honrar sus compromisos para que las reuniones que ofreció se hagan de inmediato y los asuntos planteados en el pliego petitorio sean tomadas en cuenta en el programa estatal de obras.