Por: Samuel Aguirre Ochoa
Desde hace algunas semanas, diversas organizaciones, académicos, analistas y organismos internacionales han venido exigiendo al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, un plan económico emergente que amortigüe los efectos desastrosos que acarreará la pandemia del Covid-19. Han sido diversas las propuestas, pero todas van en el sentido de que debe inyectar dinero a la economía para que no se rompan las cadenas productivas y las clases humildes no se vean tan golpeadas, pues al perder sus empleos o sus pequeños negocios informales no tienen ingresos para alimentar sus familias. Sin embargo, el presidente no ha escuchado ninguna de estas exigencias y mucho menos ha puesto en práctica alguna medida seria, se ha limitado a repetir que “todo va bien” y que los problemas se resolverán con sus tan repetidos programas de entrega monetaria directa, más el anuncio de algunos créditos que sus empleados ya tienen predeterminado a quién entregar.
Con el anuncio de la fase 3 de la pandemia se han incrementado las medidas de enclaustramiento de las personas dentro de sus hogares por parte de los gobiernos, a pesar de lo cual la gente no abandona las calles, pues, creo yo, le teme más a morir paulatinamente de hambre, encerrado en un jacal con toda su familia que repentinamente de un paro respiratorio. Basta ver la brutal actitud represiva de la policía el día de ayer en la ciudad de Toluca sobre todas las personas que se encontraban en sus negocios que fueron clausurados por la fuerza. Una verdadera masacre. O a los ferieros intercambiando sus mercancías por alimento a orilla de carretera (alcancías, peluches, figuras de porcelana). Algo aterrador. Y todavía no llegamos a la fase más crítica.
Pareciera ser que la realidad no le enseña al presidente López Obrador, que no aprende de los hechos concretos, que las cosas en sí no le permiten conocer la situación del pueblo mexicano, sino que él ya tiene un esquema teórico en su cabeza y quiere imponérselo a la realidad por la fuerza, aunque esté equivocado, cayendo en una posición idealista, típico pensamiento de algunos gobernantes dictatoriales que sostienen que la sociedad es un caos sin leyes, a la que hay que ordenar por la fuerza, gobernantes que han hecho mucho daño a la humanidad en la historia del mundo. Hay que prevenirnos de esto. Pero al final de cuentas la realidad es fuente del conocimiento y este criterio de la verdad.
Razón por la cual, la verdad se abrirá paso a como dé lugar, pues la gente está molesta, buscando la forma de hacerse oír para obligar al gobierno a que destine recursos suficientes para un plan nacional de distribución de alimentos para las familias sin ingresos fijos, un ejemplo de esto sucede en el puerto de Veracruz, en el que el día de ayer se formó “El Frente Común en Defensa del Pueblo”, integrado por las siguientes organizaciones:, la Alianza de Comerciantes y Músicos Urbanos, la Alianza de Artesanos y Anexos, los Guías y Promotores Turísticos, la Asociación de Comerciantes Ambulantes del Playón de Hornos, la Asociación de Trabajadores del Servicio de Taxis HG A.C, la Asociación de Globeros del Puerto de Veracruz A.C, la UGOCEP, el Movimiento Antorchista, locatarios y volanteros de la plaza gastronómica “Refugio del pescador”, los vendedores ambulantes del Malecón, los lancheros de Villa del Mar, los lavacoches del Malecón, meseros de la zona del Malecón y vendedores ambulantes de la zona centro de la ciudad que venden diferentes artículos como volovaneros, chicharrones, neveros, etc.; quienes el 22 de abril en rueda de prensa en un reconocido café de esta ciudad dieron a conocer dicho acuerdo y anunciaron que realizarían una marcha por las principales calles del puerto de Veracruz la próxima semana.
En el norte y en el sur del estado también la gente está inquieta, realizando movilizaciones y en un estado de desesperación al intuir que el periodo de reclusión va para largo y que no sabe cómo harán para comer.
El Movimiento Antorchista Nacional había anunciado una movilización en las 32 entidades de la República para exigir la puesta de este programa alimentario, pues después de meditar mucha responsabilidad, el momento de la entrada de la fase 3 de la pandemia, acordamos suspenderlo para no poner en riesgo a nuestros compañeros, pero esto no significa que abandonemos la lucha, la seguiremos dando acorde a las circunstancias sanitarias y a la presión económica de los desempleados.
Seguramente la realidad nos irá mostrando el camino, la experiencia nos dará el conocimiento acertado para ir encontrando las medidas adecuadas, y en este discurrir, la gente se dará cuenta que el gobierno de la 4T no es la salida a los problemas de los pobres de Veracruz y de México, que es falso lo que ha dicho el presidente que para él primero están los pobres, pues ahora que tiene la oportunidad de demostrarlo, no lo hace; la población se irá dando cuenta que la única alternativa que le queda es la unión como un solo hombre para enfrentar los grandes problemas de la actual sociedad capitalista, que en lo que menos piensa es en el bienestar de los hombres, pues lo que en verdad le interesa es incrementar las ganancias de los grandes empresarios, quienes sí están cómodamente protegidos en sus casas recibiendo las utilidades y ganancias de sus empresas. Se darán cuenta de que la suerte del trabajador en la actual sociedad capitalista no va a cambiar, que el destino del pueblo humilde solo cambiará transformando a esta sociedad injusta. Que es necesario forme su propia organización para lograr este fin.