Enfocado a robustecer el conocimiento para preservar la presencia del contenido nacional en las grandes obras de infraestructura, el encuentro sobre actualización de soluciones se desarrollará del 7 al 9 de junio en el
Instituto Mexicano del Transporte (IMT)
Los profesionales dedicados a la ingeniería de costas deben mantenerse a la vanguardia en las
técnicas, el diseño, las nuevas tendencias y soluciones que permitan su acceso y la preservación del
contenido nacional en las grandes obras de infraestructura del sector marítimo y portuario, en el plano
público y privado, cada vez más exigente en sus estándares de desarrollo.
José Luis Murillo Bagundo, Director General de MB Desarrollo, sostuvo que la competitividad de los
profesionales mexicanos debe prevalecer sobre la oferta de despachos y empresas extranjeras de
ingeniería, que compiten tanto por precio como por rentabilidad, al participar en los concursos de
obras públicas o bien en la asignación de contratos privados de puertos y terminales.
Estas consideraciones fueron realizadas por el experto, al hablar sobre la 12ª edición del Curso
Práctico de Obras Marítimas, convocado por la Asociación Nacional de Infraestructura Portuaria
Marítima y Costera (AMIP), que abarca un abanico de actualización y modernización de soluciones
para el desarrollo de rompeolas, espigones, dragado, muelles de atraque, evaluación económica y
financiera de proyectos.
Murillo, quien es expresidente de AMIP y actualmente forma parte de la plantilla de expertos del
organismo, destacó que el mercado de obras marítimas en México es cada vez extenso y abundante
en lo que respecta al mantenimiento, la ampliación o construcción de nuevos rompeolas, así como de
canales de navegación, diseño de obras costeras, instalaciones portuarias, patios de terminales,
protección de taludes o malecones, entre muchas otras áreas.
No obstante dijo, es importante que los ingenieros portuarios del país aborden la innovación de los
nuevos instrumentos y recursos, así como las diferentes variables de análisis económico-financiero
de las obras, con altos estándares que hoy exigen las empresas concesionarias de puertos, así como
las Administraciones Portuarias Integrales (API).
“La importancia de abordar estos cursos es el acceso a la evolución de las nuevas soluciones de
ingeniería y de aplicar las mejores prácticas […], hablamos de que un ingeniero debe estar preparado
para la inversión pública y privada; de los materiales que están correlacionados con la demanda de
servicios de una terminal”, dijo Murillo.
Destacó que los expertos mexicanos ya cuentan con una importante calidad profesional -como lo demuestra que actualmente lideran obras en puertos de Latinoamérica, en Honduras, Ecuador, Colombia y Costa Rica, gracias a su vez, a que se aplican técnicas ya probadas en México-, y deben
mantener un alto perfil de actualización.
Otro análisis de primera línea que abordará este Curso Práctico de Obras Marítimas, del 7 al 9 de
junio a desarrollarse en el Instituto Mexicano del Transporte (IMT), en Querétaro, es el caso de la
construcción del nuevo puerto de Veracruz, los retos técnicos que ha enfrentado y que se proyecta
como el mayor desarrollo portuario de Latinoamérica en las últimas décadas.
“Se trata de un caso que servirá como ejemplo para detectar riesgos en la toma de decisiones, en la
forma de conceptualizar la planeación, el control de la obra, el seguimiento […], pretendemos ofrecer
todo un concepto sobre la supervisión de obras portuarias”, apuntó.
El experto sostuvo que si bien todos los puertos han sido construidos por empresas mexicanas, “es
cada vez más frecuente que despachos extranjeros obtengan contratos y después subcontraten a los
propios expertos mexicanos con el fin de tropicalizar sus proyectos”.
“Queremos decir al sector privado: permítanos competir en igualdad y experiencia, conozcan la
ingeniería mexicana, somos nosotros quienes hemos construido la mayor parte de la infraestructura
portuaria”, dijo.
José Luis Murillo Bagundo sostuvo además que en otros países como Brasil, se preserva el contenido
nacional y se prioriza la contratación de nacionales en las obras de infraestructura no únicamente de
puertos, haciendo obligatorio que un despacho nacional firme el proyecto, lo que asegura que las
divisas permanezcan en el país.